No sabemos si la protagonista de esta entrada pediría un Martini con hielo, mezclado, no agitado o si tenía, como el agente 007, licencia para matar; tampoco si al preguntarle por su nombre, como Bond, respondía: – Mi nombre es Stein… Magarita Stein.

Sabemos que respondía a este último nombre y que se le atribuyó el de Agente 330 en clave. También que era alemana, aunque de origen austríaco, políglota, culta y que se le culpó de incitar a los trabajadores a la rebelión, siendo considerada una peligrosa agente comunista.
Conocemos que fué detenida en Córdoba en 1931, desconociendo el desenlace, porque nuevamente se le detuvo en Cádiz en 1933, celebrándole un Consejo de Guerra el 25 de marzo de 1933, en el Cuartel del Regimiento nº 27 de Cádiz, por no colaborar con la autoridad militar, cuando desembarcaba en el muelle y se negó a que un carabinero le registrara su equipaje. De éste se ordenó su ingreso en prisión.

Dos años después, vuelve a ser noticia, ya que estando presa en la cárcel del Puerto de Santa María, se fugó y fue posteriormente detenida por tercera vez cuando merodeaba unas dependencias militares gaditanas.
En esta ocasión se daba la circunstancia que varias semanas atrás la fuerza pública dio el alto a un hombre que marchaba por unas salinas, procurando no hacerse visible en los caminos. El desconocido huyó, pero en la fuga perdió un pequeño zurrón. Dentro se encontró un misterioso mensaje escrito en un papel: No actúe en ese sector. Ahí trabaja ya con gran provecho nuestro Agente 330. Nada se volvió a saber de aquel fugitivo y nadie sabía quién era el agente misterioso. Lo cierto es que dada la cercanía en fechas de la huida del hombre que perdió el zurrón y de la detención de Margarita, la prensa española comenzó a nombrar a Margarita Stein como la Agente 330, a la que se le encontró en su poder un pasaporte francés, cuando era alemana y se acababa de fugar de la cárcel.

Presa en la vieja cárcel de Cádiz, y acusada de ejercer el espionaje en la provincia gaditana, recibió la noticia esta vez de su expulsión de España. Ya en el vagón que la conduciría hasta la frontera portuguesa, Margarita Stein se reía al ver la expectación que producía su presencia en los andenes de la estación gaditana.
No se volvería a saber de ella hasta los años de la II Guerra Mundial próxima a la legación diplomática alemana en el Protectorado Español de Marruecos.
¿Quién era esta Margarita Stein que tuvo fijación por nuestra ciudad? ¿Era realmente la agente 330? ¿A quién servía?
Cortesía de D. Jose Manuel Jiménez Rivas