Dicen que la circulación en Cádiz está peor que nunca.
Después de negativos experimentos municipales sin preveer la avalancha de turistas que han vuelto a la ciudad tras meses de confinamiento está produciendo un caos de movilidad difícil de resolver.
A los que en su día cuestionaron los aparcamientos subterráneos ahora les resultan insuficientes para absorber el flujo de automóviles forasteros durante este «imprevisible» aluvión veraniego.
Si unimos a que la calzada y aceras de la capital gaditana están pintada de colores que dificultan o impiden el aparcamiento de cualquier clase de vehículos y que existe un llamado carril bici, más bien carril de incontrolados patinetes, por cualquier lugar de una estrechísima ciudad, el caos y la indignación se apodera con facilidad de los ciudadanos, propios y extraños, que sufren esta deficiente planificación de movilidad.
¿Donde están las alternativas sobre movilidad sostenida que en su día esbozaron desde el propio consistorio? ¿En que han quedado las propuestas y experimentos sobre los aparcamientos que tantas incomodidades y multas han traído a los ciudadanos?
Aunque nos cueste reconocerlo, como en otros ámbitos, en cuestión de zonas para aparcar y normas en la política municipal circulatoria , cualquier tiempo pasado fue mejor.
Ingeniero de Caninos, Canallas y Puercos.